El coordinador de San Lázaro no quiere lidiar con la compleja situación de seguridad de su estado natal. El senador ya se reunió con Nacho Peralta.
Semanas antes de que comenzara el confinamiento a causa de la pandemia, Andrés Manuel López desayunaba con un grupo de diputados federales en Palacio Nacional. Llegó el momento de las fotos con los legisladores por estado. Cuando tocó Colima el presidente hizo un alto para pedirle a Mario Delgado que se acercara a esa postal a pesar de que es diputado por la CDMX. «Es que tu en esta foto no puedes faltar», lanzó el presidente ante el rostro inexpresivo de su hombre fuerte en San Lázaro.
La anécdota ilustra el interés de López Obrador porque Delgado acepte ser candidato en Colima el año que viene. Cree que el itamita puede lidiar con lo que él suele definir públicamente como «el puerto más corrupto del país», o sea Manzanillo, a hora y media de la capital del estado. Además, en cada presencia del presidente en esa entidad, Delgado es invitado a la gira y aparece en el presidio junto al mandatario.
Pero el coordinador moreno no quiere ese encargo. Su ambición es saltar al gabinete nacional, ya sea la Secretaría de Hacienda o la dirección general de Pemex. Colima es un estado de alta densidad en materia de seguridad y con una agenda atroz en materia de violencia.
Según el cálculo de Delgado, su destino es continuar en el gabinete y ganar más terreno si Marcelo Ebrard fuera el sucesor de López Obrador. Si eso no ocurre, cree que el grupo del canciller tendrá la candidatura en CDMX y ahí vería volver su chance de ser candidato. Ese es el ambiente que Delgado prefiere. No la realidad de Colima.
El rechazo a ser candidato está generando movimientos en el Verde. En los últimos días el senador Manuel Velasco tuvo una larga conversación con el gobernador priista Nacho Peralta para, en primer lugar, asegurar que no habría persecución judicial en su contra y, en segunda instancia, pedirle colaboración territorial para una eventual nominación para su partido, que iría en sociedad con Morena.
Para Peralta este acuerdo es interesante y con Velasco comparte casi el mismo origen político: son proyectos de Luis Videgaray, cuando este era el funcionario más poderoso del sexenio anterior. Videgaray diseñó la candidatura de Peralta en Colima y la de Velasco en Chiapas. El acuerdo entre ambos ahora tiene rasgos estructurales.
Un dato no menor: Peralta requiere una salida cubierta porque, según su entorno, su crecimiento patrimonial es sideral y ya ha despertado alarmas en la UIF. Se habla de una propiedad en California que, eventualmente, detonará inconvenientes.
Velasco persigue tanto esa candidatura como la de San Luis Potosí, donde apuesta a otro rechazo, en dicha entidad correría por cuenta de Esteban Moctezuma que no dejaría el gabinete.
Fuente:La Política Online